La
cultura competitiva del Neoliberalismo en la educación mexicana
Introducción
El tema que se aborda en este trabajo se
refiere a la educación y las medidas implementadas en la política educativa en
México; esto circunscrito en el marco del Neoliberalismo. Se parte desde el
punto de tomar a la educación más como una visión y manera de estar en el
mundo, que como forma de instrucción. Es importante este señalamiento debido a
que en el tema a tratar no se tomaran demasiado en cuenta el análisis de
programas educativos, teorías pedagógicas, o descripciones de la educación en
forma cronológica.
El trabajo se centra en tres aspectos
esenciales: primero se hará una descripción de lo que se entiende como
Neoliberalismo desde la concepción teórica que se ha hecho de este modelo
económico. Para ello será necesario el análisis de los conceptos desarrollados
por dos de los teóricos neoliberales más importantes: F.A Hayek y Milton
Friedman. Como segundo punto en el trabajo se tomará en cuenta la descripción
de la educación como práctica que ayuda a la concepción de una ideología; será
necesaria la explicación de algunos conceptos para la mejor comprensión de las
intenciones que se manifiestan en el discurso neoliberal. Por último, se
analizarán las medidas tomadas con respecto a la educación por parte de los
agentes que promueven el neoliberalismo.
El trabajo intenta responder a tres
cuestiones: La primera tiene que ver con el por qué del rechazo que el
Neoliberalismo siempre ha manifestado con respecto al control gubernamental;
tomando en cuenta que ese en uno de los puntos centrales en su ideología. La
segunda pregunta quese plantea en este trabo se traduce en la naturaleza de los
fines escondidos en la implantación de nuevas políticas económicas. La última
pregunta es de orden pragmático: cómo es que éstas políticas fueron impulsadas
en el periodo neoliberal en México tomando como punto de arranque el año de
1988.
Para la elaboración de este trabajo se
han usado fuentes bibliográficas y artículos de revistas especializadas en
temas de educación así como una tesis de la escuela de Estudios
Latinoamericanos. También se ha hecho uso de algunos documentales encontrados en
internet y de algunas páginas web. Todo esto con el fin de construir una visión
un poco más amplia del tema.
La cultura económica neoliberal: el
pensamiento de Hayek y Friedman
Mucho se ha escrito ya sobre el
Neoliberalismo y sus repercusiones en la sociedad. Lo cierto es que mucho de lo
escrito ha venido desde la crítica bien merecida que este modelo económico ha
provocado. La misma realidad nociva que se ha construido con la implementación
de políticas económicas neoliberales en
el mundo actual, es la misma realidad que ha llevado a que desde las diferentes
disciplinas que conforman el conocimiento humano, en especial desde las
ciencias sociales, se tome en cuenta la
elaboración de una reflexión acerca de la naturaleza discursiva, así como de
las intenciones de dicho modelo. Sin embargo, es muy notable que la mayoría de
lo que se sabe del Neoliberalismo provenga de una posición de izquierda que
desde su perspectiva crítica explica el
funcionamiento de dicha tendencia económica. Es por esto mismo que existe una
necesidad de entender al Neoliberalismo y a las políticas que lo soportan
tomando en cuenta el punto de vista de sus formuladores y teóricos. Lo
anteriormente dicho no expresa una postura favorable en cuanto a la ideología
neoliberal ni una toma de partida hacia
la derecha o lo reaccionario, sino que se trata de formular, por medio de la
lectura de los preceptos fundamentales de dicha tendencia, una visión más
completa del tema en cuestión. Para tal tarea se hará uso en su mayoría de la
obra de Héctor Guillén Romo: La
contrarevolución neoliberal en México.[1]
Si existe un referente sustancial en la
historia de la economía en cuanto a Neoliberalismo se refiere, éste debe de ser
sin lugar a dudas Milton Friedman. El
premio Nobel de economía del año 1976 es uno de los personajes más polémicos en
la historia contemporánea de dicha disciplina y uno de los más importantes
teóricos de la reestructuración de las políticas económicas a nivel mundial.
Junto con sus postulados teóricos devino toda una puesta en marcha de estrategias
para la implantación de manera pragmática de lo que hasta entonces sólo se
encontraba en papel. Basta recordar su colaboración en la caída del gobierno de
Salvador Allende en Chile y a la asesoría
que proveyó para la transformación de este país en una especie de
laboratorio en el cual se implementarían las nuevas políticas económicas por
medio de un régimen totalitario representado por Augusto Pinochet como lo sostiene Naomi Klein en su libro La doctrina del shock. El auge del
capitalismo del desastre.[2]En este libro toma en cuenta la participación
de Friedman en lo que se convirtió en una de las dictaduras más crueles de
América Latina en el siglo XX:
“Los
ciudadanos chilenos no sólo estaban conmocionados después del violento golpe de
Estado de Pinochet, sino que el país también vivía traumatizado por un proceso
de hiperinflación muy agudo. Friedman le aconsejó a Pinochet que impusiera un
paquete de medidas rápidas para la transformación económica del país:
reducciones de impuestos, libre mercado, privatización de los servicios,
recortes en el gasto social y una liberalización y desregulación generales.
Poco a poco, los chilenos vieron cómo sus escuelas públicas desaparecían para
ser reemplazadas por escuelas financiadas mediante el sistema de cheques
escolares. Se trataba de la transformación capitalista más extrema que jamás se
había llevado a cabo en ningún lugar, y pronto fue conocida como la revolución
de la Escuela de Chicago, pues diversos integrantes del equipo económico de
Pinochet habían estudiado con Friedman en la Universidad de Chicago.”[3]
Según esta
autora, Milton Friedman veía en los grandes problemas coyunturales de un país o
de una institución una oportunidad para la reestructuración de la forma de
organización estatal o institucional. En el caso de Chile se aprovechó del gran
trauma que provocó en la sociedad un golpe militar; mismo golpe militar que fue
provocado por la burguesía empresarial chilena en detrimento de un gobierno de
corte socialista con la colaboración del gobierno de Estados Unidos. La
hiperinflación que vino con el cambio brusco del gobierno fue el pretexto para
reformular la política económica de Chile. Pero Friedman también encontraba la
oportunidad en sucesos no provocados por el ser humano; incluso en aquello que
escapa al control de los hombres, como lo es un fenómeno natural (terremotos,
inundaciones, tornados, tsunamis etc.) se encontraba la oportunidad implementar
y justificar toda una nueva política.
Pero la
elaboración de sus teorías no fue un trabajo en solitario; mucho tuvo que ver
la colaboración de su esposa Rose Friedman para la construcción de su plan de
regeneración social. El matrimonio
Friedman se apoyaba en cierta medida en los trabajos producidos por la escuela
clásica burguesa; autores como Adam Smith tuvieron gran influencia en la
elaboración de sus teorías. Esto supone, en cierta medida, una falta originalidad en cuanto a la construcción de una teoría
neoliberal, ya que la creación de esta teoría es un trabajo acumulativo de los
economistas a lo largo del tiempo. Lo que el Neoliberalismo hace es llevar
preceptos ya conocidos al extremo. No se puede tomar a Friedman como el
“creador” del modelo neoliberal; en este proyecto también tuvo gran injerencia
otro pensador coetáneo de Friedman: F.A
. Hayek.
Friedrich
Hayek fue premio Novel en 1974, dos años antes que Friedman. No sólo se
desarrolló en la economía, sino que también lo hizo en otros ámbitos como la
filosofía y el derecho. Su contribución en el ramo de la economía lo convirtió
en uno de los padres del liberalismo moderno. Su trabajo puede ser tomado como
más teórico que el de su colega; esto se debe a que él trata de justificar la
liberación del mercado desde la elaboración de conceptos más amplios en los que
se toman en cuenta estructuras sociales e institucionales dándoles un carácter
ontológico y determinante en la implantación de un Neoliberalismo.
Para los dos
pensadores el individuo y la libertad son las metas a alcanzar. Existe un fin:
el de que el individuo se desvincule de
los lazos tradicionales que un sistema le impone, este es el proyecto que la
evolución social tiene para los hombres. “los esfuerzos espontáneos y libres de
los individuos pueden determinar un sistema complejo de actividades
económicas.”[4] Para Hayek existen dos formas de considerar a
las estructuras de la actividad humana: el constructivismo y la evolución .El primero
se refiere a la forma en la que los individuos se organizan para la
creación de las instituciones de una
forma deliberada y con un proyecto ya en mente. Las instituciones sólo servirán
a la humanidad en cuanto son creadas en función de servir a la misma a través
de sus objetivos. Estos objetivos no se dan al azar: son ellos condición y fin
de las instituciones. Por este mismo carácter de plan preconcebido es posible
su transformación para un mejor desempeño en la vida. Frente a esta idea se
aparece la concepción de las instituciones y del orden a través de la
evolución. “el carácter ordenado de la sociedad (…) no depende sólo de
instituciones y de prácticas inventadas con este objetivo, sino que se “deben
en gran medida a un proceso descrito en una primera instancia como maduración y
posteriormente como una evolución. Proceso por el cual prácticas que habían
sido anteriormente adoptadas por otras razones, que incluso habían sido adoptadas
de manera accidental, fueron conservadas
por procurar a los grupos entre los cuales habían aparecido primero una cierta
superioridad frente a los demás grupos”.[5]En
este orden evolutivo no existe un fin ya pensado de antemano; es un orden cuya
existencia está ligada a la tradición o al flujo de lo convenido en un tiempo
inmemorial. Sus objetivos tienden a cambiar con el paso del tiempo conservando
cierta esencia del pasado que imprime un orden natural.
Esta
confrontación entre estructuralismo y evolución es de prístina importancia en
lo que viene a ser una justificación para la liberación del mercado de las
ataduras que la acción gubernamental le impone. Para Hayek todo parte desde el
concepto de orden. Este concepto debe de
ser entendido como “un estado de cosas en el que una multiplicidad de elementos
de naturaleza diferente están en una relación tal, los unos con los otros, que
podemos aprender a hacer pronósticos, conociendo ciertos componentes espaciales
o temporales de conjunto, con fuertes probabilidades de que nuestros resultados
sean correctos”.[6]El
orden es el que mueve a las sociedades; existen formas de conductas que se
encuentran ligadas y normalizadas por este orden y sin cuya injerencia la convivencia
se haría casi imposible.
En cuanto a la
genealogía del orden Hayek encuentra dos formas de construcción del mismo. La
primera es la noción de orden en cuanto a procesos planeados por los seres
humanos, una construcción de la psique humana para la consecución de una forma
de relación social con un propósito planeado por una fuerza externa al sistema.
Esta primera postura se encuentra en relación directa con lo ya mencionado
arriba: estructuralismo. La segunda
postura tiene que ver con la existencia de un equilibrio al que Hayek llama
endógeno, como el que existe en las formas del mercado; Hayek llama a este
orden espontáneo y hace referencia al evolucionismo. El primer tipo de orden es
fabricado por una entidad que desde afuera organiza la dinámica de lo social o
institucional; el segundo tipo de orden es dinámico en sí mismo y por ello es
el orden mismo: no necesita de agentes exógenos que lo organicen.
Basta leer
entre líneas en esta forma de concebir al orden para darnos cuenta de cuáles
son las intenciones del autor: la justificación de la liberación de las fuerzas
del mercado. Si existe un tópico en la teoría neoliberalista, este debe de ser
el del deshacerse del control gubernamental del Estado en la dinámica económica
a nivel mundial. La justificación se da en la medida en que existen estos dos
tipos de orden con cualidades diferentes: uno es más sencillo que el otro. El
primer tipo de orden obedece a los fines de una persona o grupo que en las
sociedades modernas están representados en la forma del Estado. El segundo
orden es más complejo en cuanto a la falta de existencia de fuerza que lo rija
que no sea él mismo. Este orden escapa a las capacidades de la mente
humana ya que están conformados por una variedad de procesos abstractos y
complejos que en la historia de la humanidad se identifican con prácticas como
la cultura o las relaciones de mercado.
A pesar de
identificar estos dos órdenes cualitativamente diferentes en la teoría
neoliberal los dos pensadores no niegan la intromisión de los gobiernos en el
funcionamiento de la sociedad. En el caso de Hayek el Estado puede ofrecer
algunos servicios como el de la procuración de los desamparados (ancianos,
enfermos, discapacitados físicos y mentales, viudas y huérfanos etc.),la defensa
en contra de enemigos extranjeros, o la ayuda en caso de desastres naturales.
Esto se debe a que son servicios que los particulares no están dispuestos a
administrar por la falta de remuneración económica. Para Milton Friedman debe
de existir un mínimo de interacción íntima entre la política y la economía:
“existe una relación íntima entre la economía y la política, que sólo ciertas
combinaciones son posibles entre regímenes económicos y regímenes políticos, y
que, en particular, una sociedad socialista no puede ser democrática –si ser
democrática significa la libertad individual”.[7]
En una sociedad libre la economía tendría un doble papel: por un lado la
libertad económica sería condición para alcanzar la libertad en el más amplio
sentido del concepto y por esto mismo vendría a ser un fin a perseguir: por el
otro lado ésta misma libertad nos llevaría a alcanzar la libertad política.
Para Friedman el régimen socialista al no liberar el comercio ejerce una
autoridad dominadora de la libertad absoluta. Por eso es condición determinante
que exista un régimen capitalista para el logro de la libertad. Es menester la
instauración de un régimen que vaya más allá de lo que un Estado de bienestar
propone. El gobierno ya no debe poner trabas al mercado o regularlo. Este es el
fin de las políticas económicas neoliberales que se han venido imponiendo a lo
largo de cuarenta años en el mundo entero.
Existe una
contradicción que salta a la vista en al momento de comparar lo discursivo con
lo real. El Neoliberalismo promueve la nula intervención del gobierno en la
forma de regular a la economía, sin embargo a lo largo de los años vemos cómo
el mercado, como poder real (económico), ha hecho uso del Estado para conseguir
sus fines. Para mediados del siglo XX se entendía que vivíamos en una sociedad
cuya economía era de carácter mixto. El Estado era una clase de intermediario
entre el poder económico y la sociedad. Era la figura que organizaba las formas
de relación entre empleado y empleadores y que a la vez suministraba servicios
requeridos por los ciudadanos. Muchos de los sectores estratégicos de la
economía se encontraban en sus manos: energía, comunicación, recursos
naturales, etc. pero a partir de los años 70s y 80s el Estado fue perdiendo su
participación en dichos sectores. Nos hemos encontrado en una era de las
privatizaciones; todo lo que ha sido posible de privatizar se ha privatizado y
lo que no, se encuentra en proceso de serlo. El Estado ha pasado de ser un
regulador a un servidor del capital. Por esto mismo no se puede hablar de que
el Neoliberalismo busque en sí la anulación del Estado en sociedad de mercado;
lo que se busca es el cambio cualitativo de dicho Estado dentro de la sociedad
de mercado. Un Estado del cual hacer uso para el logro de la meta neoliberal:
la libertad de mercado y la libertad de los individuos en sus relaciones
económicas.
Educación como
práctica ideológica
En el año de
1988 México se encuentra de frente ante una situación ya conocida por tradición
en la Nación: un fraude electoral. La llegada de Carlos Salinas de Gortari, el
primero de Diciembre de ese mismo año, al máximo poder existente en el territorio
estuvo marcada por la sombra de la ilegitimidad. Es un punto de referencia de
este momento la dichosa caída del sistema, la cual sirvió como estrategia para
la imposición del nuevo presidente en detrimento de su opositor Cuauhtémoc
Cárdenas que había tenido la mayoría de los votos.
La llegada del nuevo gobierno significó la
llegada del modelo neoliberal a la economía mexicana. La liberación de las
fuerzas del mercado en México rápidamente empezó a tomar prioridad dentro de
los planes del nuevo régimen; es notable la privatización de los servicios que
hasta ese punto se encontraban aún en manos del gobierno. Y esta tendencia a
privatizar todo lo privatizable es una cualidad de los gobiernos siguientes en
la historia nacional que aún en nuestros días sigue vigente a pesar de su falta
de resultados óptimos. La práctica de nuevas políticas para la reestructuración
del sistema mexicano había empezado; y el modelo educativo implementado hasta
la fecha sería uno de los puntos estratégicos a cambiar.
Como ya se ha
mencionado arriba uno de los puntos centrales, si no es que el más importante,
dentro de las políticas económicas neoliberales es el marcado rechazo a la
intervención del gobierno en los asuntos de la economía. Sin embargo la lógica
del mercado necesita de instrumentos que ayuden a apoyar toda una visión de
mundo: la imposición de una ideología será mejor captada si ésta se construye
desde arriba con el fin de que su distribución se lleve de forma homogénea.
Para resaltar
esta idea de la ideología podemos referirnos al pensamiento de Gramsci[8].
El pensador italiano en sus reflexiones concibió un concepto para explicar las
relaciones de poder y su logro en la práctica, el cual concibe que éstas se lleven
a la realidad por dos vías que son el consenso y la coerción. La famosa
“hegemonía” de Gramsci es la que apunta hacia la vía del consenso; y esta
señala el poder de una clase en tanto que es clase dirigente y que ostenta la
capacidad para imponer una visión del mundo en la sociedad. Para ello hace uso
de la ideología que toma forma en las prácticas cotidianas de instituciones
como la escuela, la iglesia, un partido político, los sindicatos etc. en los
que se representan y consumen la visión de una clase a la que se le imprime
validez y legitimidad. Esto provoca que existan dos visiones de mundo en los
individuos de las clases subalternas: la de la clase dominante que es
conscientemente afirmada en las prácticas de la vida cotidiana y en los
espacios públicos y rituales; y otra, la orgánica, que sólo aparece como
ruptura, como violación y violencia de la normalidad en las situaciones de
crisis o estallido social. La otra vía es
la que se ejerce por medio del monopolio de la violencia, que es
particular de los Estados, a través de los aparatos represivos: ejército,
policía, tribunales etc.
La visión de
mundo es el resultado de un proceso de asimilación que encuentra sus fuentes en
prácticas tan diversas como la educación; y esta educación debe de ser tomada
más en el sentido de construcción axiológica y manera de estar en el mundo que
como mera instrucción. Manuel de la Torre Gamboa[9]cita
a Joan-Charles Melichpara apoyar su idea de que la educación es una
internalización del mundo:
“La educación
en el mundo de la vida es […] una acción construida en función de formas
simbólicas y decisiones axiológicas. El proceso educativo […] es una interacción
social que se edifica sobre un horizonte de significado y de sentido. Sin orden
simbólico no hay historia ni instrucciones sociales”.[10]
Desde este
punto de vista se aprecia a la educación como algo más que la instrucción,
elaboración de conocimientos o consumo de los mismos; lo que se expresa es la construcción de significados dentro de
una práctica social discursiva. Éste
concepto puede ser entendido como “un espacio de interacciones sociales en el que
tiene lugar la producción, circulación y reproducción del sentido a través del
cual se producen y reproducen las relaciones sociales, y en particular las
relaciones de poder “. [11]Un
ejemplo de práctica social lo podemos encontrar en las manifestaciones de lo
humano que se dan en la política, el arte, la religión y en la misma educación.
En la educación encontramos relaciones de poder que son interiorizadas en los
institutos de enseñanza: son unos cuantos los que deciden qué clase de
educación es la adecuada para el momento. Los que adquieren tal educación son
uniformados en una manera de pensar y de actuar en el mundo. También la
educación en la actualidad ha servido para estratificar a las personas según su
nivel de estudios; esto conlleva a que el individuo se sitúe en algún nivel de
la escala social con pocas oportunidades de movilidad dentro de ella.[12]
De esta manera
podemos entender que la educación es una más de las prácticas que se dan dentro
de las relaciones sociales. Su función dentro del Neoliberalismo es la de
formar a una clase de hombre que sea posible de insertar dentro de la lógica
del mercado; esto viene siendo la consecución de un hombre que sea
individualista y competitivo. En la lógica del pensamiento neoliberal el hombre
debe de ser libre de las ataduras que una entidad (Estado) perteneciente al
orden estructural mencionado anteriormente le impone con el fin de limitar sus
acciones en la sociedad. Ésta libertad hará que el hombre, sin intenciones
reales de hacerlo, al ejercer su libertad individual consiga un bien para todos
los demás en el conglomerado social. Es la mano invisible que regula esta
relación entre el individuo y los demás grupos. Milton Friedman hace mención de
esta idea de Adam Smith encontrada en la obra fundamental del economista de la
escuela clásica burguesa: AnInquiryintotheNature
and Causes of theWealth of Natios.
“La intuición
clave de Adam Smith fue la de comprender que las dos partes en presencia sacan
algún provecho del intercambio, y que –dado que la cooperación sigue siendo
estrictamente voluntaria- ningún intercambio puede tener lugar a menos que las
dos partes saquen algún provecho. Ninguna fuerza externa, ninguna coacción,
ninguna violación a la libertad es necesaria para el establecimiento de una
cooperación entre individuos que beneficie a todos”.[13]
Los Friedman
apoyan esta idea de la mano invisible ya que creen que el bien individual
conlleva al bien comunal. La búsqueda del individuo en solitario de sus propios
beneficios acarrea un bien para todos. Las personas, en sus relaciones
comerciales que satisfacen necesidades de ser seres participantes en el mercado,
a la vez que llevan a cabo la acción de producir bienes y servicios darán
cabida a que otras entidades se desenvuelvan en el mismo mercado del que son
partícipes.[14]De
esta manera se hace necesaria la existencia de un hombre que lleve a cabo la
tarea impuesta por la historia de crear una sociedad en la que todos los
hombres hagan el bien a todos sin sacrificar su individualidad. Es en este
punto donde el hombre educado neoliberalmente tiene que aparecer. Su existencia
es condición y punto de partida para la existencia de una sociedad de carácter
libertaria en cuanto a economía se refiere.
Educando
neoliberalmente
En las décadas
de los 80s y 90s se empieza a impulsar una reforma estructural de la educación
en todos los niveles en América latina; y México no es la excepción. Pero
dichas reformas van encausadas en mayor media hacia la educación superior. Esto
es entendible ya que este nivel es la cumbre en la que el hombre necesario para
el modelo neoliberal termina su formación.
Las reformas
fueron el resultado del pensamiento de que no todo andaba bien en cuanto a
educación se refiere. Se tomó como punto de partida el hecho de que la
educación, siendo suministrada en su mayor parte por el Estado, carecía de los criterios
de eficiencia y calidad que el mundo necesitaba. Y siendo el Estado ineficiente
para el suministro de políticas educativas adecuadas se tomó en cuenta la
participación de agentes externos a las naciones para la elaboración de las
mencionadas reformas. Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional
y en Banco Mundial empezaron a impulsar nuevas modificaciones. Pablo Gentili[15]en
su artículo El consenso de Washington: la
crisis de la educación en América Latina hace un análisis de las reformas
impulsadas por dichos organismos. Advierte que desde el año de 1988 existe una
homogeneidad en las políticas educativas y que esta “se
verifica en la expansión de un mismo núcleo de diagnósticos, propuestas y
argumentos „oficiales‟
acerca de la crisis educacional y de sus supuestas salidas, así como en la
circulación y el impacto (directo e indirecto) que los documentos y
„recomendaciones‟
del BM y del FMI tienen en la definición de las políticas públicas destinadas a
este sector.”[16]
El sistema
neoliberal en ese momento tomó en cuenta que existía una crisis en los modelos
educativos. Por lo tanto la primera cosa por hacer fue el identificar qué
aspectos no marchaban bien y si existían culpables de dichos fallos. Una vez
examinando la situación y localizando a los culpables se tomaron cartas en el
asunto y se planificó toda una gama de medidas a seguir.
Lo primero que
es necesario es el saber qué argumentos daban los neoliberales para la
afirmación de la existencia de una crisis de la educación en América Latina.
Sin lugar a dudas uno de los principales obstáculos que encontraron, y que es
tópico como ya se ha dicho, es la incapacidad del Estado para ofrecer un
servicio adecuando en materia educativa. Los neoliberales ven al Estado como
una entidad sobrepasada por la demanda de una educación de calidad. El incremento
de una población con hambre de enseñanza hace imposible que el gobierno por sí
mismo sea capaz de dar una educación de nivel. En su tesis de Estudios
Latinoamericanos Miguel Alejandro González Ledesma titulada Neoliberalismo y educación superior en
México identifica tres razones que los neoliberales dan para hablar de la
existencia de una crisis:
1)Los
gobiernos no sólo han sido incapaces de equilibrar los factores cualitativos
con los cuantitativos, sino que ellos mismos son estructuralmente ineptos para
combinar ambas dinámicas.
2) La expansión de los servicios
educativos es un objetivo ya conquistado por casi todos los países
latinoamericanos, siendo los índices de exclusión y marginalidad educativa una
expresión clara de la falta de eficiencia del sistema y no de su escasa
universalización.
3) La posibilidad de combinar calidad y
cantidad con criterios igualitarios y universales es una falsa promesa de los
Estados interventores y populistas.[17]
Para los
neoliberales es primordial abrir la educación a las fuerzas del mercado
emancipándolo del control gubernamental; “prometen
revolucionar el sistema con la condición de abrirlo completamente al libre
juego de las fuerzas del mercado. Así, nos dicen, no se trata de asignar más
recursos al sector, sino de “gastar mejor”; no hacen falta más profesores, sino
“docentes mejor formados y capacitados”; no hace falta construir más escuelas,
“sino hacer un uso racional del espacio disponible”; no hacen falta más
alumnos, sino “alumnos más responsables y comprometidos con el estudio”.[18]
Contra este problema estructural los
organismos han impulsado estrategias para contrarrestar la crisis de la
educación. A decir de Pablo Gentili, existen dos grandes propósitos que dan
coherencia a tales estrategias: “a) la necesidad de establecer
mecanismos de control de calidad en la amplia esfera de los sistemas
educacionales y, de manera específica, en el interior de las propias
instituciones; y b) la necesidad de articular y subordinar la producción
del sistema educativo a las demandas que formula el mercado de trabajo.[19]
Se ha visto que el caso de México los
recursos que son destinados a la educación y a al desarrollo de la tecnología
han venido sufriendo grandes recortes. Esto no se debe a una falta de fondos,
sino a una tendencia intencional para mantener a los países del tercer mundo en
su condición de subdesarrollo. La retórica neoliberal llama a dichas naciones países en vías de desarrollo, pero lo
cierto es que, con las políticas implementadas a lo largo de los últimos
cuarenta años, esta promesa de desarrollo cada vez parece más lejana. Las
intenciones del neoliberalismo van dirigidas a que dichos países sean incapaces
de subirse al tren de la modernidad por sí mismos.
El neoliberalismo encuentra a algunos de
los culpables del atraso en la figura de los profesores. En el documental del
2012 llamado De Panzazo[20],
el “periodista” Carlos Loret de Mola apunta a que en México varios de los
profesores no cuentan con un nivel adecuado de preparación debido a que no
existe un compromiso real por parte de ellos en la distribución de
conocimientos. También menciona que esto se debe en gran medida a las políticas
corruptas que dentro del sindicato de maestros (SNTE) se llevan a diario;
indica que un 93 % del presupuesto destinado a este sector se va en salarios y
que una cantidad importante de docentes no se encuentran en los salones de
clases, sino sirviendo en diferentes puestos de la organización sindical.[21]Es
cierto en gran medida lo que menciona este periodista, pero sus intenciones son
las de los que ostentan el poder económico en México. El atacar al sindicato, con
todas la corrupción que pueda existir en él, no obedece a una especie de toma
de consciencia de una realidad nefasta dentro de esta organización; la
intención es la de atacar a la figura de los sindicatos. En el pensamiento de
F. A Hayek, estas organizaciones son un estorbo para la libertad individual de
las personas. Un grupo de esta especie tan sólo viene a frenar las fuerzas del
mercado e impide, con su monopolio del oficio o profesión, que otros individuos
se desenvuelvan en este sector. Hayek apunta a que tácticas, como son la
exigencia de una salario mayor, impide que otros puedan aspirar a convertirse
en parte del rubro.[22]Esta
idea presupone la existencia de una especie de capital destinado tan sólo para
una parte de los trabajadores; si se pide un aumento se pueden llegar a las
negociaciones para conseguirlo, pero a cambio se tendría que sacrificar la
incursión de nuevos trabajadores en el sector. Es por esto que los neoliberales
pueden ver a la organización sindical como un peligro dentro de su lógica.
Claro está que este fundamento cae por
su propio peso.
Los neoliberales ofrecen dos estrategias
a seguir. La descentralización y la centralización. La primera se refiere al
desecho del monopolio estatal en la educación y al paso de responsabilidades a
entidades más pequeñas; pasar de lo federal a lo estatal y a lo municipal. Al
mismo tiempo esta estrategia lleva a la desarticulación de los grandes
sindicatos ya que, debido a su carácter nacional, no existiría coherencia con
las formas organizacionales más pequeñas.
“En el caso de la centralización, se propone la creación de
sistemas nacionales de evaluación que califiquen y certifiquen los “productos”
y “servicios” ofrecidos por las instituciones educativas. Además, se sugiere
uniformar los contenidos curriculares del sistema a nivel nacional,
paralelamente al establecimiento de programas de formación para profesores, con
el fin de actualizar y capacitar al personal docente en función de la citada
reforma”.[23]
Como se ha visto, la intención
primordial ha sido la de quitar la injerencia que el Estado tiene en el control
educativo. Es condición necesaria esta medida para los propósitos que el
capital tiene. A mediados de los ochentas una gran cantidad de empresas
empezaron a exportar su capital fijo a los países subdesarrollado, los procesos
de producción ahora se hacían en países como México para después ser
exportados. La mano de obra barata fue uno de los motores que impulsó a que los
procesos productivos se llevaran a cabo en esta región. Por lo mismo, se hizo
evidente que el modelo educativo tenía que proveer al tipo de hombre capaz de
llevar a cabo esas tareas. La educación técnica poco a poco fue tomando
prominencia sobre la educación superior a la antigua usanza.
El modelo neoliberal, más allá de buscar
una educación de calidad, busca un tipo de educación que sirva a las fuerzas
del mercado. Lo que ha provocado en la región es la impostura de la ideología
de la competitividad sobre la del humanismo. Si en los viejos tiempos la escuela
formaba a hombres educados, ahora lo que hace es formar hombres que se
encuentran en constante lucha para lograr pasar sobre los demás.
La imposición de medidas ajenas al orden
interno de nuestro país, las hechas por los organismos internacionales, han
demostrado su falta de eficiencia en cuanto a calidad se refiere. Y no se debe
a un error, sino a un plan estratégicamente conformado. Tales impulsos tan sólo
indican que:
a) La reducción crónica del
presupuesto destinado a la educación supone la trasferencia de recursos
públicos al pago de los servicios de la deuda de los países latinoamericanos.
b) El escaso dinero disponible,
convertido ahora en subsidios focalizados, se condiciona al cumplimiento de los
criterios establecidos en la reforma educativa.
c) Son diversas las formas en
que se traspasan cada vez más los costos de los servicios educativos a la
población.
d) La reforma crea las
condiciones para el crecimiento de la educación privada en todos los niveles.
e) La supeditación de los
planes y programas de estudio a los intereses productivos del gran capital se
da con independencias de las necesidades reales de los países afectados por la
reforma.
f) La eliminación sistemática
de todo aspecto formativo que propicie la reflexión y la crítica, es condición
fundamental para la administración ordenada del saqueo de nuestros países.[24]
Conclusión
La lógica neoliberal en la actualidad
apunta hacia la necesidad de hombres que estén a la altura de las
circunstancias. Que sean capaces de desenvolverse en las fuerzas que rigen el
mercado. Para esto, el neoliberalismo ha hecho uso de una de las prácticas
sociales más antiguas de la humanidad: la educación. Cada momento de la
historia ha tenido la educación que parece adecuada para su momento; que sirve a
las necesidades de un grupo o una sociedad y que es impuesta desde los círculos
del poder. Pero a diferencia de los viejos modelos educativos en las que se
buscaba a un hombre docto, educado, axiológicamente coherente, etc. Ahora el
momento busca hombres que compitan, que sean individualistas, que sólo
satisfagan sus necesidades personales; un hombre neoliberal.
Existe una contradicción en las medidas
tomadas por los impulsores de la educación que proporciona a tal hombre. El
Neoliberalismo niega la incursión del Estado en las fuerzas del mercado. Sin embargo,
hace uso de él para darle vigor a dichas fuerzas. Lo que el Neoliberalismo
busca entonces no es la desaparición de esta entidad (Hayek y Friedman jamás se
nombraron a sí mismos anarquistas), sino su sumisión. Al crear hombres educados
a la forma neoliberal este sistema asegura su perpetuidad; los hombres
neoliberales trataran de procrear más hombres neoliberales. A pesar de todo
esto existen formas de reaccionar contra estas medidas, pero el análisis y
descripción de tales formas pueden ser motivo para otro trabajo.
Bibliografía:
Guillén Romo
Héctor, La contrarevolución neoliberal en
México,Ediciones Era,México,1997,pp. 13-72.
Pablo
Gentili, “El Consenso de Washington: la crisis de la educación en América
Latina”, en: http://sitdem.webcindario.com/concenso%20de%20washington.pdf
De la Torre
Gamboa Manuel, Del humanismo a la
competitividad, UNAM, México, 2004, pp. 11-80
Gramsci
Antonio, La política y el Estado moderno,
Premia, 1978
Klein
Naomi, La doctrina del shock: el auge del
capitalismo del desastre,Paidós, Argentina, 2008, p 208
Alcántara
Armando, POLÍTICAS
EDUCATIVAS Y NEOLIBERALISMOEN MÉXICO: 1982-2006,REVISTA
IBEROAMERICANA DE EDUCACIÓN. N.º 48 (2008), pp. 147-16, pdf.
Fuentes
electrónicas:
Loret de Mola, Documental: de Panzazo, http://www.youtube.com/watch?v=0WDXNqH3JR8
Davis
Huggengheim: Esperando por superman: http://www.youtube.com/watch?v=U_y_KN0-qgQ&feature=youtu.be
Paradigma del
sistema educativo: http://www.youtube.com/watch?v=AZ3JmuaUrxs&feature=youtu.be
La educación
prohibida: http://www.youtube.com/watch?v=-1Y9OqSJKCc&feature=share
[1] Guillén Romo Héctor, La
contrarevolución neoliberal en México,Ediciones Era,México,1997,pp. 13-72.
[2] Klein Naomi, La doctrina del
shock: el auge del capitalismo del desastre,Paidós, Argentina, 2008, p
208..
[3]Ibid, p.7-8
[4] Guillén Romo Héctor, La
contrarevolución neoliberal en México,Ediciones Era,México,1997,p14
[5]Ibid, p.17
[6]Hayek en Ibid. p. 19
[7] Friedman en Ibid,p. 47
[8]Gramsci Antonio, La política y
el Estado moderno, Premia, 1978.
[9] de la Torre Gamboa Manuel,Del
humanismo a la competitividad,UNAM, México, 2004, pp. 11-80
[10] Citado en Ibídem, p.32
[11]Ibid, p.44
[12] En un documental del año 2012 sobre la educación en México Carlos
Loret de Mola explica que en la sociedad actual los salarios pueden estar
estratificados según el nivel de escolaridad de la población. Muestra una
gráfica en la que se puede observar lo siguiente: Una persona que tan sólo ha
cursado los estudios primarios puede alcanzar un sueldo de 4000 pesos al mes;
una persona que cuenta con un nivel de secundaria alcanza a ganar los 5500; la
personas que llegan a terminar el bachillerato pueden llegar a ganar unos 6000 pesos; los que llegan a la licenciatura
podrán ganar hasta 14000; mientras que los afortunados que llegan a tener un
postgrado quizá ganen un salario de 52000 pesos. Son muy cuestionables estos
datos cuando son confrontados con la realidad. En la actualidad el mundo
neoliberal ha demostrado que las personas más preparadas son los sujetos más
afectados por el modelo económico debido a que el sistema cada vez más rechaza
a los profesionistas.
[13] Citado en Guillén Romo Héctor, La
contrarevolución neoliberal en México,Ediciones Era,México,1997,p48
[14] Es una lógica del mercado que los individuos con su participación
en la economía promuevan un movimiento en cadena que sustenta al orden. Esto se
puede ver en las relaciones obrero patronal.
[15]Pablo Gentili, “El
Consenso de Washington: la crisis de la educación en América Latina”, en:
http://sitdem.webcindario.com/concenso%20de%20washington.pdf
[16]Ibid, p.2.
[17] González Ledesma Migues Alejandro, Tesis: Neoliberalismo y educación superior en México, UNAM, 2010, p.36.
[18]Ibid, p. 37
[19]Pablo Gentili, “El
Consenso de Washington: la crisis de la educación en América Latina”, en:
http://sitdem.webcindario.com/concenso%20de%20washington.pdf
[20]Loret de Mola, Documental: de Panzazo, http://www.youtube.com/watch?v=0WDXNqH3JR8
(consulta: 19/12/12).
[21] Lo que menciona el autor del documental en cuanto a la corrupción
existente dentro del sindicato nacional de los trabajadores de la educación es
un tema muy conocido. Existen plazas que son ocupadas por personas que ni tan
siquiera tienen una formación profesional o por otras que cobran una nómina sin
tan siquiera dar clae. En el 2010 fue muy sonado el caso de un líder de la
familia michoacana que cobraba nómina en el SNTE.
[22] Citado en Guillén Romo Héctor, La
contrarevolución neoliberal en México,Ediciones Era,México,1997,p39-41.
[23][23] González Ledesma Migues Alejandro, Tesis: Neoliberalismo y educación superior en México, UNAM, 2010, p.39
[24]Ibid, p. 56.